sábado, 21 de abril de 2007

4 puntos menos para el fin del mundo...


Volvíamos de noche, como uno de tantos días, agotadas después de salvar el mundo una vez más...cuando vislumbré a lo lejos, lo que según todos los indicios parecían las luces de una nave enemiga, sin duda, de origen extraterrestre...

La visibilidad era baja, una densa nube de polvo que cubría todo impedía una visión clara. Forzando un poco la vista y haciendo uso de la sabiduría que estos años me había aportado la experiencia, acerté a vislumbrar que se encontraba en posición de ataque.

Miré nerviosa a mi alrededor a sabiendas de que no disponía de un solo minuto. Respiré profundamente y me dirigí a mi subcomandante de abordo Mss. Lounli Hort para que pusiera en marcha el nivel 7.
Una buena y rápida coordinación entre ambos resultaría la diferencia entre destrucción y victoria. Ambos eramos conscientes asi que nos miramos a la cara buscando la confirmación de que, de nuevo, sabíamos lo que pensaba el otro.

Comenzó a realizar la programación que inevitablemente conduciría a la sobrecarga del sistema, y si mis cálculos no fallaban, a una reacción en cadena que provocaría una deflagración de tal magnitud que pondría nuestra nave al máximo de sus límites pero también de su potencia. Era una situación arriesgada pero ambos sabíamos que se trataba de una situación límite. No teníamos mayor tiempo de reacción y el riesgo remoto que siempre se había ocultado tras aquella operación, ahora era la única opción posible.


La nave comenzó a temblar, estaba sucediendo, nuestra propia energía unida al campo magnético de la nave enemiga se fundían como un enorme agujero negro. En un instante todo se convirtió en un silencio profundo, hasta mi jadeante respiración parecía haberse detenido de repente. Algo extraño sucedía.

Al tiempo que mi cuerpo empezaba a asimilar la adrenalina, un colapso en el sistema hizo que ambas naves, en una acción sincrónica, quedasen congeladas, suspendidas en la nada, frente a frente.

Las posibilidades eran infinitas, en aquél pequeño instante, el espacio-tiempo se multiplico por una millonésima parte. Como justo antes de una explosión atómica el oxígeno desapareció y una brillante luz nos destelló hasta que el calor de nuestras retinas nos obligó a apartar la mirada y refugiarnos en el dolor sordo que invadía nuestros oídos hasta hacerlos sangrar...


Tres sonidos secos nos despertaron. Bajé la ventanilla:

- Señorita, los papeles del coche por favor.
- Por supuesto agente.

- Señorita Núñez, ha bebido usted esta noche?


...


mierda!


9 comentarios:

Sara dijo...

La tierra llamando a Marisa, la tierra llamando a Marisa, Marisa, responde por favor...
Como testigo involuntario de la abducción he de decir que luces había, aunque el polvo que te cegaba a tí fuera etílico y a mi me cegaran las 3 horas que llevaba en la cama.
A ver si aprendemos que las naves espaciales están mucho mejor en el angar los fines de semana...

Marisa dijo...

jajjaa...he aprendido, dios lo sabe y tú te has ganado ese pedacito de cielo miarma, te debo una cena preciosa!!!

Juro que había bruma!

Chasky dijo...

Yo paso de moralinas, supongo que sabrás que hicistes mal en pillar el coche habiendo bebido y de estas cosas se aprende.

Marisa dijo...

lo sé.
se caga uno en tó, pero se aprende.

El Cremero dijo...

Has aprendido, y eso es lo que quiere nuestro gobierno: educarnos y cuidar de nosotros. No fumes, no bebas, ¡no se haga usted pajuelas!

Lo malo es que los anteriores eran todavía peores...

Anónimo dijo...

pues si, mi meri, un putadón.
(me ha encantado el nombre de mi personaje... Mss. Lounli Hort!!)

Marisa dijo...

Mss.Lounli...sin ti, la nave habría explotado.
Esa comandante primera de abordoooo!!

DANI dijo...

Ja ja ja , porqué no te teletransportaste????

Marisa dijo...

Se me jodió el sistema!!!!
Una pena de avances tecnológicos, verdad??

jajaja...
;-)