La ciudad de las luces dicen que la llaman, y yo pensé...a qué diablos se referirán?
Una ciudad que se sitúa entre las piernas del río Sena. Desde arriba se ve inmensa...
Andar hasta que te duelen los pies, sonreir hasta que te duele la cara, respirar hasta que se llenan los pulmones, ver cosas hermosas hasta que se te secan las córneas, disfrutar como una niña con piruleta...se me ocurren mil cosas y ninguna le hace justicia.
Desde l´ Opera hasta la plaza de la Concordia, saludando a Napoleón en Les Invalides, pasando por los Campos Elíseos mientras admiras la Torre Eiffel andando descalza sobre el césped de los Campos de Marte.
No tienes sed? mmm...
Escuchas el soniquete de ese hombre de traje que toca en el puente que lleva al barrio Latino, la gente, el chocolate...Te apetece un crêpe? el último bocado que te sabe a gloria te lo acompaña Notredame que riega los postres como esos licores fuertes que te obligan a cerrar los ojos.
Como si de una guinda se tratase.
Las calles, los bares, las tiendas, la gente, el Pompidou, el vino, el sol y el buen ti
empo, Le Sacre Coeur, El Moulin Rouge...París es más que luz.Ha sido un placer conocerte!
Ha sido un placer vivirlo contigo nena!
Has visto mi sonrisa? feliz como se es pocas veces en la vida.
Gracias.
3 comentarios:
Mucho mejor, pequeño saltamontes. No hay como salir de la rutina desidiosa de Madrid (que por cierto, aunque no este entre las piernas de ningún río no tiene nada que envidiar a París) para recuperar el optimismo juvenil que te ilumina la carita. Eso sí, a ver si dejamos los alcoholes guiña-ojos para los viajes sin coche, que luego pasa lo que pasa....
Se nota que lo pasastéis bien.
Sigue sonriendo siempre nena
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